México D.F., a 14
de septiembre
Por: Arturo Alba
LA LUCHA SIGUE, NI UN PASO ATRÁS
La tarde del viernes 13 de septiembre fueron
desalojados los maestros del CNTE, y con ello perdieron su derecho a manifestarse
en una plaza pública.
Con la intervención de las
fuerzas federales se desalojo la plaza que era ocupada, así el gobierno una vez
más demostró que no esta dispuesto a resolver de manera pacifica y con un verdadero interés las demandas de los maestros que mantenían este plantón.
Desde el mediodía el zócalo
capitalino y sus ocupantes se vieron rodeados por las fuerzas federales quienes solo esperaban la orden superior para entrar
en acción; el diálogo que pregona el jefe de gobierno del Distrito Federal con
los maestros no existió, sino que fue una advertencia para desalojar la plaza,
puesto que él anunció ante los “medios oficiales” que antes de las 6
de la tarde el zócalo ya quedaría totalmente
libre de maestros para el festejo que se hace cada año.
El desalojo comenzó alrededor de
las cuatro de la tarde, y los maestros al ver
que los federales tenían la
consigna de quitar a todo aquel que se encontrara
en el lugar, empezaron a salir en forma pacifica y solo alcanzaron a recoger lo
que tenían a la mano, dejando en el lugar comida ropa, cobijas, tiendas de campaña, lonas y demás
objetos que servían para protegerse.
Está bien claro que hubo resistencia por parte de algunos maestros, quienes formaron pequeñas barricadas
alrededor suyo para poder detener (pero
sin lograrlo) el avance de los federales.
En cuanto a los enfrentamientos, estos
fueron provocados por personas ajenas a este movimiento, como lo consta el
vídeo tomado por una mujer y que lo proporciono a un servidor, en el aparecen policias vestidos de civil en formación y recibiendo
ordenes de un elemento de la policía federal en las afueras de catedral, fueron
ellas las que sin justificación alguna empezaron a agredir a estos mismos
federales, con los
resultados que ya conocemos.
Jesús Rodríguez quien forma parte
de la Unión Mundial de Ayuda Humanitaria con sede en Lima Perú, estuvo presente
durante este desalojo y dijo: “Yo estaba con los maestros cuando llegó la policía
a desalojar el zócalo, hasta me dieron un par de toletazos en la espalda, pero sigo
aquí con el movimiento”.
Los maestros tuvieron que
replegarse hacia el monumento a la revolución, pero con nada con que protegerse
del clima y sin alimentos, es decir, que la consigna era dejarlos totalmente
desprotegidos y a expensas del frío y la lluvia para que desistieran y se
fueran a sus lugares de origen.
Quiero dejar muy en claro que en ningún
momento se vio a representantes de la Comisión
de Derechos Humanos del Distrito Federal
para constatar y documentar los abusos que hicieron los elementos de la policía federal.
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